directorio de weblogs. bitadir

miércoles, 3 de noviembre de 2010

UNA MONEDITA POR EL AMOR DE DIOS……

 
            Hola, ¿todo bien?...bueno, menor no contesten….yo sé que hay unos cuantos que se encuentran sumamente enojados con algunos asuntos candentes de nuestra realidad. Hoy le ha tocado el turno al tema de las monedas. Claro, la desaparición del vil metal fue “in crescendo”, es decir que primero empezó tímidamente, es decir faltaban algunas denominaciones, de un peso, de veinticinco centavos… hasta que ahora, no encontrás una moneda ni para viajar al hospital de urgencia. Es más: el linyera de la esquina de casa ya se hizo hacer un cartelito que dice: “ se aceptan billetes de cinco pesos en adelante…” ¡Claro, pobre, está considerando que también están faltando los billetes de dos pesos…!
            Se han elaborado al respecto varias teorías: los más crédulos afirman que hay escasez porque no se acuña la cantidad suficiente. Mientras tanto por todos los diarios rebalsan las novedades: “el banco central emitió cuatrocientos millones de pesos en monedas “. ¿Entonces?
            Otras fuentes  afirman que las empresas de colectivos (sinvergüenzas consetudinarios  al parecer) las retienen para revenderlas a los comerciantes con intereses que irían hasta el veinte por ciento….Ya se han iniciado los juicios correspondientes, pero mientras tanto vos tenes que viajar…. ¿cómo?
            Por otro lado, en un depósito de una empresa que trasladaba caudales encontraron siete barriles repletos de monedas que al parecer, alguien olvidó llevar adonde correspondía. ¿Alguien hizo algo? Eso no lo dijeron…
            Las autoridades que regulan tales asuntos ordenaron a los bancos entregar cambio en monedas por no menos de veinte pesos, sea cliente o no….Mejor no te recuerdo el problemita….después que te paraste en la cola del banco una hora, después que de tres cajeros que están atendiendo uno se va al baño, vuelve y sale a comer y el otro anda boludeando y tomando café….luego de ese martirio contenido que te obliga a esconder los dientes porque sino te tomarían por un demente…entonces,  la cajera que precisamente no está de buen humor, te atiende veinticinco minutos después de que se fue el último cliente, ¿haciendo qué? ¡Qué se yo!, cualquier excusa es buena para no atenderte: haciendo cuentas, sellando papeles y no se qué caraj….más……..justamente cuando se digna a mirarte y decirte que pases, el que estaba boludeando con el café se acerca a hacerle una consulta de quién sabe que corno se trata y como ella no sabe nada tampoco, llega un tercero y deliberan durante media hora más. Cuando ya estás casi decidido a irte y llegar a tu casa y asaltar el chanchito de tu hija…entonces, la cajera (con cara de que te gruñe en cualquier momento,  de  tira cinco pesos en monedas de cinco centavos…. y mejor agarralos porque si se arrepiente vas al laburo a pie…. El otro día intenté pagar mi boleto con moneditas de cinco… ¡mejor no quieras enterarte de las puteadas solapadas –explícitas, sonoras- de los pasajeros que estaban esperando para sacar boleto…. ¡claro, un boleto eran como cuarenta y cinco monedas…!¡Sin contar las que metés y por alguna razón arcana y miteriosa no entran y la puta máquina te las devuelve….!
            Los comerciantes con tal de vender, entran en la trata con los colectiveros y compran monedas, pero para que te den una de vuelto,  tenés que llevarte todo el quiosco. Mala elección, para poder viajar todos los días dejas medio sueldo en el quiosquito….
            Otros comerciantes te venden un alfajor o dos de una marca rata que nadie conoce y no tienen gusto a nada por dos pesos y ocho monedas a cambio…..El alfajor no se lo podés dar ni al perro….el último que compré se lo regalé a un pibe de la calle y casi me pega…
            Casos similares ocurren en las verdulerías, panaderías y demás yerbas. Ahora bien, como de costumbre, nos encontramos en el medio de una guerra: nadie larga un cobre ni que vengas recomendado del Papa, viajar tenés que viajar. Una hora de cola en la terminal de Constitución a veces no la podés hacer porque si es a la mañana hay una cola más grande que para un recital de Madona y entonces tenés que levantarte dos horas antes. Entonces empezas el recorrido por los negocios del barrio a ver qué podés juntar para llegar a tu laburo al día siguiente – porque la cosa es día por día -. Resultado: volvés  con dos monedas locas que no te alcanzan ni para darle una ayuda al linyera de la esquina y como en la mayoría de los negocios te encajan mercadería para compensar los vueltos que les faltan, llegas a tu casa con veinte centavos de cambio, una zanahoria, un caramelo, un huevo y una medialuna… ¡Viva el mercado negro de monedas!....¡Viva la transa! Todos son bienvenidos a este paraíso llamado Argentina en donde podés hacer negocios rentables hasta con una indefensa monedita. ¡Y rogá a Dios que no empiecen a desaparecer también los billetes…!

No hay comentarios: