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miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡ME ROBARON!...¿VISTE CÓMO ESTÁ TODO?




                   Hola, ¿cómo están?  ¡Un gusto tenerlos por mi  blog! Hoy les traigo un tema que no es en lo absoluto nuevo pero que tiene tantas variantes, tantas aristas recónditas y misteriosas,  que siempre que hablamos de ello surge algo nuevo…nuevas situaciones, nuevas derivaciones, nuevos colmos…La inseguridad, soberana de los temas porteños y argentinos, primera en la cartelera desde hace ya unos cuantos años, cada vez con más actores y nuevas ideas para apoderarse de lo ajeno.
                   Días pasados venía yo viajando en un taxi, vieron ustedes que nuestro querido “tachero” es un personaje importante del entorno ciudadano, no sólo conduce el vehículo que te traslada,  hace un poco de psicólogo, porque escucha cuando drama le aciertan a contar los que suben al vehículo;(quiera o no escucharlo, ahí está lo triste), también es periodista, porque a veces te cuenta cosas que vos no sabías y como él viene escuchando la radio, entonces te informa…yo he llegado a creer que muchas veces lo hace, (lo de informar, digo),  para ganarte de mano y que no empieces con los mambos ya que los pobres están ahí arriba doce o catorce horas peleando con el resto del mundo (léase piqueteros, peatones que van pensando en quien sabe qué carajo y se te cruzan si más trámite, sin contar los que van hablando por el celular y a los que se acordaron que dejaron una carpeta en la oficina y doblan en “U” al lado del obelisco…¿¿¿???)…Entonces, todavía encima cada uno que viaja le parte la cabeza con una historia…y todo por el mismo precio…¡No es justo!.
                   La cuestión es que – como les decía – venía yo viajando y una palabra sacó la otra y me cuenta que hace poco tiempo, una semana atrás, lo asaltaron por allá, por la zona de la vía en Pompeya…Bueno, para aquellos lectores que no conozcan nuestra querida Buenos Aires, les diré que este lugar que tiene sus raigambres tangueras, una placita en donde se lo homenajea a Homero Manzi, un gran poeta y compositor argentino, también es uno de los tantos rincones que se ha transformado en “tierra de nadie”, es decir que los amigos de lo ajeno trabajan impunemente a pesar de que hay cierto control policial, pero parece ser que ellos son más y los muchachos de uniforme no quieren problemas….A simple vista parecería que yo exagero, pero lo que me contó el tachero, Pablo es su nombre, es algo real que no hace otra cosa que confirmar mis razones mencionadas.
                   Resulta ser que el pobre hombre venía circulando tranquilamente cuando dos “pasajeros” que traía no sé de dónde, se bajaron en las cercanías de una vía que hay por ahí….(mejor no les cuento las caras que circulan por la zona) ustedes me entienden, caras de que te están seleccionando para pegarte un palo y sacarte lo que lleves…decididamente anti salubre siquiera pasar por la zona. Cuando se bajaron se llevaron de recuerdo todos los billetes que traía de la recaudación diaria más el cambio en monedas y el anillo de compromiso…la cuestión es que se fueron sin pegarle o llevarle el auto, lo cual hoy en día es digno de una condecoración, ya que algunos cuantos, cuando se van, te cagan a tiros por si acaso…
                   Apenas se fueron y se vio libre de estos personajes, arrancó y  aterrizó cerca de un policía que hacía guardia callejera, tranquilamente – al parecer el moreno personaje era de los que comparten el dicho: “no calentarum, largum vivirum” – se encontraba como digo, mirando quién sabe dónde, pensando Dios sabrá en qué, por estos andurriales. Entonces nuestro hombre, Pablo, se acercó y le dijo:
                   -¡Me robaron!
                   El representante de la ley lo miró y le dijo:
                   -¿Dónde?
                   -¡¡Acá, a dos cuadras!!
                   Supongo que Pablo, como yo o cualquiera de ustedes, creería que este buen hombre iría a hacer su trabajo….que se iba a comunicar con algún compañero o móvil que estuviera en las inmediaciones del lugar que le acababan de señalar, que daría la voz de alarma o bien que llegaría una docena de patrulleros haciendo ulular vigorosamente las sirenas…¿Mucha televisión Yanqui, tal vez?...
                   Pero no, nada de eso sucedió… luego de mirarlo unos instantes, como buscando qué responder al requerimiento de Pablo (que a estas alturas estaba un poco más que pasado de “caliente”), le dijo:
                   -¿Viste cómo está todo?
                   Nuestro amigo, imaginó una serie de posibles respuestas: “No, no vi nada….pero decime, ¿Sos pelotudo, vos? ¿O te cayó mal lo que morfaste al mediodía?”.
                 Entonces, a pesar de la calentura que se había apoderado de él, consideró que podría terminar el día además de robado, preso por faltarle el respeto a un oficial en servicio…(¿Qué servicio?¡Qué sé yo!) agarró, puso primera con su auto (al que los chorros le perdonaron la vida) y se fue puteando bajito antes de que, en el camino, le afanaran lo que le quedaba…!

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