directorio de weblogs. bitadir

martes, 16 de noviembre de 2010

NUESTRO TRAFICO CIUDADANO: FHI 545 ¡PELIGRO AL VOLANTE!








            Hola, mis queridos lectores, ¿Qué tal?, ¿Cómo han encarado esta última parte del año?  Porque, se habrán dado cuenta que nos encontramos en plena época pre-navideña…hay que apurarse a comprar hasta el lechoncito del 31 antes de que lo aumenten diez veces de acá a fin de año…Pero en fin, yo hoy venía a hablarles de otra cosa: la esencia del ser argentino…en realidad hay varias palabras para definir esta “esencia” pero voy a ir tomando de a una cualidad, por así decirlo. Hoy le ha tocado el turno a la violencia… ¿Asombrados? ¡No lo creo! Ya que vivimos rodeados de agresividad, pero cada vez la cosa se pone peor…veamos, cuando uno sale a circular por ahí con el auto (Dios nos proteja de los locos con los que nos podemos encontrar en el camino), uno - decía - no sabe si va a  volver o, en el mejor de los casos, si es que vuelve, cómo...robado, sin auto o con la cabeza partida por un palo anónimo que acertó a pasarle cerca... (por hoy dejaremos a  un lado los comentarios pertinentes de cuando la policía y los chorros  se agarran a tiros en la vía pública y tuviste la desgracia de andar por ahí...!). Pero volviendo al tráfico, es el ámbito en donde más se manifiesta la agresividad....gente que nos parecía tranquila, se desboca y putea hasta al Papa si lo tuviera adelante, otros, en apariencia tímidos, le dan arranque con todo al motor y son capaces de llevarse por delante hasta el obelisco con tal de pasar primero...¿A dónde?¡Qué se yo!...Estoy convencida de que ellos tampoco lo saben...

                         Ya sabemos que cada vez hay más autos y la gente cada día está peor, pero digamos que las autoridades ciudadanas tampoco te la hacen fácil… ¿Por qué? Bueno,  hasta ahora teníamos señalado en las avenidas un sendero que era exclusivo para las bicicletas (Bici sendas para ser más exactos). Cierto es que, a decir  verdad, los automovilistas no le daban bola y la usaban para adelantarse, los camioncitos y no tan camioncitos la usaban para parar, cargar y descargar….en fin, la verdad  es que todo el mundo andaba por ahí y los ciclistas ¡Vaya uno a saber!¡Todo bien…! La cuestión es que no sé si el intendente porteño se peleó con la novia o tuvo algún entrevero  político por ahí, pero un día se levantó con la brújula torcida y pensó: ¿A ver cómo le podemos joder un poco más la vida a los habitantes de la city? ¿Por qué hacérsela fácil si la podemos hacer complicada?... y levantó un tanto de pared sobre el límite de las famosas bici sendas…claro, en una avenida todo bien, pero en una calle, angosta por añadidura, mejor no se te ocurra transitar a las horas pico (que hoy por hoy son todas), porque eso quedó como una olla a presión, no entra ni un alfiler y  tenés que circular en fila india aguantando todavía encima al de atrás que quiere pasarte por encima porque llega tarde ¿A dónde? ¡Qué sé yo! Seguramente cuando llegue a la oficina se va a poner a boludear con la computadora mientras toma un café, pero la consigna es llegar “cueste lo que cueste” y “caiga quien caiga”…Por otro lado el que viaja adelante por ahí frena en seco porque le sonó el celular y te queda el espejito del parasol incrustado en la nariz, sin contar con el bollo que te hizo el de atrás porque se le hacía tarde para llegar a boludear a la oficina...y venía siguiéndote pegado como estampilla y mejor no digas nada porque si trae mal humor y es grandote termina de romperte la nariz que ya te arruinó el del celular...!
               
                 Así andan las cosas mientras uno no sabe qué camino tomar si cuando sale de su casa pasan unos minutos de las 07:00 a.m. porque mágicamente se convierte todo en un infierno y quedás como gato enjaulado a mitad de camino entre tu casa y tu trabajo, ¿llegar? ¿Volverte? ¡Cualquier opción puede ser fatal...! A pesar de que la autopista (yo uso la 25 de Mayo) es un camino relativamente rápido y seguro, hace unos días que ya dejó de ser seguro al menos para mí…
                
                  Resulta que al pasar el peaje y un poco más tarde de las 07:00 a.m., es todo un logro pasar esa franja que va desde las cabinas recolectoras del vil metal hasta que se dividen las aguas entre los que vamos para el centro y los que van para el lado del bajo Flores, etc.  Se angosta el camino y ahí sí que no te salva ni el Chapulín Colorado…es pasar o morir, si te quedas también tenés serio riesgo de que algún enfermo te pase por encima. La cuestión es que iba yo el otro día tratando de seguir algún camión más grande que yo para meterme atrás (viejo pero efectivo truco) cuando un tipo que iba manejando su auto me tocó el espejo…Como no fue la gran cosa, no dije nada porque me hice el firme propósito de no pelear desde temprano en la calle porque el día es largo y después ando con tal raye encima que me venís a saludar y te ladro. Pero a poco de haber avanzado y dejado atrás a este buen hombre, siento unos bocinazos que hicieron eco en la calle…cuando miré a ver qué era lo que quería, empezó a hacer señas obvias de que estaba muy enojado, a vociferar quién sabe qué cantidad de estupideces, ¡El, a mí, que me había tocado el espejo y me callé la boca!. Como tenía la ventanilla cerrada no entendía ni una palabra de todo el quilombo que armó, sólo alcancé a verle los dientes afuera, como un perro rabioso. A su vez, venía acompañado de un muchacho joven que dormía plácidamente…lo cual significa a todas luces que el pobre está acostumbrado a los berrinches de este loco y no le pasa ni cinco de bola cuando tiene la suerte de que el desquiciado éste la emprende contra otro que no sea él…(en buen castellano, no escucha sus razones). Todo esto no hubiera sido la gran cosa (ya que diariamente suelo cosechar un par de insultos y puteadas como si de un saludo ritual se tratara),  pero lo que vino después no tiene desperdicio… …sacó una mano por la ventanilla y cuando miré bien, vi que me amenazaba con un bate de beisbol….demás está decir que cuando vi eso, lejos de seguir peleando, me metí por un agujero que todavía no sé cómo encontré y lo dejé atrás raudamente, es decir que hice uso práctico de aquella famosa y sabia frase: “soldado que huye sirve para otra guerra”.

                Hice todo el camino hasta bajar en Constitución con el miedo de que me alcanzara y me revoleara el palo encima del techo del auto…lo cierto es que pasó delante de mí y cuando vi que tomaba por otra bajada  (léase: no podía dar marcha atrás je, je) le mandé un par de bocinazos a modo de saludo, no sé qué le pareció porque por suerte no le vi la cara.

                Pero esto no termina ahí…mañanas pasadas, siento unos persistentes bocinazos, cuando miro, mi amiga que viaja conmigo, abrió los ojos como el dos de oro y  me dijo: ¡Cuidado que es el loco del palo!  Efectivamente, Mirta no se había equivocado…ahí venía a la carrera prendido de la bocina y sacando los dientes como un perro al que le sacan la comida. Me persiguió y cuando me tuvo a tiro me tocó con su coche, (ahí me enteré de lo que le parecieron mis bocinazos de saludo, creo que no le cayeron bien…),  casi me bajo en el medio de la autopista pensando al mismo tiempo dónde dejé el matafuego, pero teniendo en cuenta que este tipo sin duda tiene un par de jugadores fuera de servicio, opté por desaparecer lo más rápido que pude del campo de batalla, eso sin contar con que más atrás venía la tribu  urbana acelerando motores y nos iban a pasar por encima al loco y a nosotras. Mi amiga a su vez quedó con la boca abierta porque cuando lo pasamos y lo miró,  a modo de saludo le sacó los dientes a ella también…

                Todo esto mueve a risa por las características de la situación pero en verdad, las autoridades que le otorgan el registro a cualquiera, deberían profundizar los exámenes sicológicos porque tipos como éste, son los que protagonizan hechos que muchas veces terminan mal.

                Por si alguno de ustedes, lectores, alguna vez se lo cruza, les comento: es una country  Volkswagen, color gris clarito, y la chapa es FHI 545…. El tipo suele manejar con una mano afuera y lleva lentes, apenas lo mirás te saca los dientes (no es una metáfora, lo juro). Si lo ven no lo piensen dos veces, pongan primera y desaparezcan porque después que hizo el primer contacto (o sea, mostrarte íntegramente su dentadura),  te revolea  con lo primero que tenga a mano…. ¡Suerte! y hasta la próxima.

No hay comentarios: